Siempre se dice que contra los elementos de la naturaleza es imposible luchar, así que decidimos unirnos a ellos, y a la vista de que el día (sábado día 2) está para pocas bromas, rayos y truenos incluídos, decidimos ir al Puerto de Panderrueda que mantienen abierto dos quitanieves, desde allí meternos al bosque y tomar dirección Gildar, pero con poca o ninguna intención de subir, puesto que el viento es fuerte en las cumbres.
Bien parece que todo va según lo previsto, salida con nieve perfecta (polvu así como le gusta a Iván) y seguimos la pista dirección a el Valle de Fraña, durante un tiempo incluso nos parecía posible subir al Gildar a pesar de la escasa nieve que el viento se empeñaba en depositar sólo en los valles. La ilusión de la cumbre se incrementaba, hasta que una luz azul cegadora y un ruido sordo procedentes de un rayo y un trueno (este cayó cerca) nos hicieron el culo pesicola y, sin dudar, media vuelta y al bosque. Allí el viento nos machacaba menos, así que decidimos subir hasta que se terminaran los árboles que nos daban abrigo y descenso por el mismo, que siempre se agradece un poco de esquí entre fayes. Bueno, al final el día salió mejor de lo previsto y nos fuimos pa casa con cola cao - cerveza en la panza y una sonrisa de oreja a oreja pues la nieve perfecta y abundante siempre es de agradecer.
En esta ocasión, fuimos: Rubén, Juan Carlos, Juan San Martín y yo mismo. Como un buen amigo (Turnes) dice, esto sí que es ESQUÍ BOONNNNN.
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