jueves, 18 de diciembre de 2014

Volcán Tromen

Volcán Tromen



Entre la frontera  artificial de la Ruta 40 y la que conforma la barrera natural de los Andes, existe un pequeño paraíso perdido.  Es el norte de la Patagonia,  Provincia de Neuquén,  Argentina . 
Y allí justamente, paralela a los Andes ,discurre por casi 75 km una de sus tantas hermanas menores: la Cordillera del Viento, con cimas que superan en su promedio los 2500 msnm. Precisamente en su extremo norte, tiene su morada permanente el Cerro Domuyo (4709 msnm) el gigante de la Patagonia.

Pero miremos un poco más acá, al Tromén, causa principal de donde nacen estos apuntes, sin perder de vista un momento aquellas otras lontananzas. Al costado Este de la Cordillera del Viento, se alza majestuoso y solitario el Volcán Tromen, con una altura oficialmente reconocida de 4114 msnm ( nuestro GPS nos dio 3996 metros). Lo divise por primera vez, hago memoria, arribando al lugar de Rincón de los Sauces, y desde ese mismo día, y no otro, me propuse su conquista como objetivo irrenunciable. Gracias a mi buen amigo Jaime Suárez http://www.cerrosamericanos.blogspot.com/ asturianu en Mendoza,  uno de los mejores conocedores de estos parajes, entre otras cosas, digo, el primer andinista en consumar la ascensión a las 10 cumbres de más de 6500 metros de altura en la Cordillera de los Andes, dicho esto sólo a modo de pincelada, me puso sobre la pista y me brindó la información necesaria para iniciar el asalto a la cumbre.
Y así fue! Llegamos al Área Natural Protegida el sábado 13, montando el campamento base en un extremo de la Laguna Tromen (400ha de superficie poblada de flamencos rosados, cisnes de cuello negro, patos de varias especies etc) al pie de la ladera noroeste del volcán, con el no menos imponente  Cerro Wayle (3182 msnm) a modo de vigía de nuestros pasos.  Mauricio y Tito dos amigos ganados para la causa, formaron parte de la aventura con su aporte fundamental de entusiasmo. Tito, con tres cumbres al Tromen en sus espaldas, dirigió las operaciones del ataque previo, fijando la ruta con precisión matemática. Partimos bien temprano cuando la noche lo cubría todo, y la luna en su cuarto menguante nos brindaba su tenue luz a modo de fanal. Fijemos la hora  las 4 de la mañana del domingo 14. Acompañados por un viento  persistente, sin mucho frío al principio, pero que iría en aumento progresivo a tenor de la cuota alcanzada, siendo un protagonista de la jornada metida en danzas. Las nubes entraban y salían con velocidad al despuntar el alba, estando la cumbre del volcán totalmente encerrada entre ellas. Ganamos altura con rapidez sorteando un suelo plagado de rocas grandes y piedras sueltas bien inestable, alcanzando la cuota de los 3000m en dos horas apenas, siendo las 6 de la mañana, donde hicimos una pequeña parada para recuperar fuerzas y complacernos en silencio radial con las vistas que este amanecer único nos regalaba: Wayle y Domuyo al frente, laguna Tromen a los pies. Todo el cordón de la Cordillera del Viento y casi superpuesta sobre esta,  los Andes, tan impresionantes siempre! y más al sur, siempre queda un sur, la blanca silueta dibujada del volcán Villarrica en la patagonia chilena.
Desde ese punto nos estaban faltando ganar sobre 1000 metros de desnivel,  que serían los más duros sin duda, puesto que desde ya, entraría en juego la deuda de oxígeno y por lo tanto el temido mal de altura en la montaña, nos rondaría de continuo. Por suerte no fue tal en su magnitud más perniciosa, sintiendo tan sólo alguna molestia (sensación de borrachera leve, nada que ver con la de les “piragues” y otres romeríes de dulce recuerdo, y por momentos algo de sueño puntual), por lo que no te queda otra que ajustar los pasos al "tempo" corto y no hacer movimientos bruscos que te jueguen una mala pasada. La vertical es importante desde ya, y el suelo se vuelve más resbaladizo por la suerte de una fina arenilla mezclada con piedras pequeñas que por momentos convirtieron la ascensión en un auténtico esfuerzo físico, puesto que un paso hacia adelante se volvían dos atrás. Tito, con su ojo avezado, nos sacó de esa pared al ver que más que caminar gateábamos y nos redirigió a una trocha un poco más a la derecha, donde las piedras más firmes formaban una suerte de escalones.  400 Metros, más menos, nos separaban de la pre-cumbre, con una inclinación importante que a ojo visto parecía una quimera fenomenal, pero fuimos a ritmo, nos marcamos un "pasín" corto, no quedaba otra, lento y constante. Siendo las 10 de la mañana cuando por fin, alcanzamos aquella cima anterior. Un buen descanso reparador para tomar aliento, alguna que otra galleta a la boca por todo sustento y poco más pudimos hacer, puesto que en un parpadeo tan sutil como fulminante, un mar de nubes oscuras y densas lo cubrió todo y a todos. El viento ganaba intensidad, con una vehemencia inusitada y con él, la sensación de frío intenso ganaba todo el espacio. Nos separaban unos 200 metros de la cima del volcán, y había que llegar arriba, aun con el mismo Odín bramando en arameo, por lo que raudos ante este súbito cambio de tiempo, atacamos la cumbre, bordeando una pequeña laguna helada que asemejaba un glaciar en miniatura. Y así, casi sin ver nada, y reitero lo del "casi", alcanzamos el lugar donde precisamente se alza lo más alto, sabiendo que era, por la suerte de taburete metálica allí asentado, pero no pudiendo admirar nada de lo que nos rodeaba, y nada es el conjunto vacío. El volcán no estaba de buen humor ese día y aumento la apuesta con una buena granizada sobre nuestras aturdidas cabezas embebidas en el entusiasmo del logro, y de cuya ira  nos tuvimos que refugiar en un saliente que encontramos a mano, de una pequeña roca. Es lo de menos, no importa el nada: el reto mismo de la superación permanente se había alcanzado y esto es a la postre, lo que cuenta y suma. Y lo hace mientras dibujamos en sueños otro nuevo que ya seguramente de algún modo, asoma en un punto del horizonte de una Cordillera blanca. Otra historia será.



Con Tito, camino del Tromen



Mauricio y Tito: dos titanes, dos amigos



Saliendo de Vaca Muerta. Ya se ve el Tromen





Los "castrones" del sur



Entrando al ANP Tromen



Tito y su "viejo amigo". Laguna Tromen y volcán



Más cerca. Escorial de rocas volcánicas



Laguna Tromen y Cerro Wayle



Campamento base



Madrugada a las 3. Solamente con el cuarto menguante



Las 4 en la madrugada. Nos vamos pa arriba!



Al alba, llegamos al 3000




Laguna Tromen, cerro Wayle, al fondo cordillera del Viento



Mauricio y Tito, continuamos



Mirando para arriba: quedan 1000! La cima entre nubes



Mauri y Tito



Ideamos esto a dos, mientras corríamos por el llano



Seguimos subiendo. Campamento base al final escorial izq



Primer plano el Wayle. Por entre las nubes se ve un glaciar del Domuyo



Se ve el Domuyo de blanco



Cordillera del Viento



En la pre-cumbre



Tito, proclamando su felicidad!



En la cumbre, mirando el GPS



Mauri, tamos arriba y no vemos "na"!



Después de la "ira" de Odín. Bajando



La Patagonia es aventura: a la vuelta nos tocó un Dakar!!





miércoles, 19 de noviembre de 2014

Almanzor... morucuuuu... 31/10/2014


Aprovechando les vacaciones de Los Difuntos, decidimos dir de turismu a Toledo y como nos quedaba "de pasu" dir a La Sierra de Gredos. 
Salimos el xueves a les 17:15 de L'Infiestu camín a Hoyos del Espino, al Hotel Alto Gredos, llegamos a les 22:20 "tras una pequeña aventura" a cuenta del GPS que nos metió per una pista pa llegar a Barajas, en lugar de dir pel parador de Gredos...

El desayunu no ye hasta les 9 y vese xeláu pela ventana, total, no tenemos prisa, vamos a conocelo. La dueña debió venos con pinta domingueros y diznos que no nos desesperemos, qu'intentemos llegar a la Laguna Grande que son 2:30 y que polo menos lleguemos hasta'l mirador que ye 1:30h. y vemos la laguna y el circo, que merez la pena. El marido recomiéndame dir hasta'l mirador y luego dir a comer a Arenas de Sampedro a un chigre que se come bien, jajajaja... siempre ye interesante tener recursos...

Salimos de La Plataforma a les 9:40 a 1.780m. 

 Vamos subiendo pel Prado de Las Pozas


Ya asoma'l Circo de Gredos, el Almanzor encima d'Ana...

Y la Laguna Grande

Ye mui prestosu caminar al nivel de la Laguna

Llegamos al refugio Elola (1945 m.) en 2:20, mui buenu de caminar y entreteníu. Decidimos tirar p'arriba a dar una vueltuca,

Paramos a comer un bocáu nuna marmita de gigante con unes vistes guapísimes

Y un asientu natural a espaldes del Almazor y mirando pa Los Tres Hermanitos

Al final decidimos tirar hasta La Portilla Bermeja

La subida no ye nada cómoda, son piedres grandes que no te permiten subir a gustu, hai que reblagar...

Pero ye preciosa, y pisar granito ye diferente de la caliza. Cambiamos d'opinión y decidimos subir a la Portilla del Crampón

Llegando a La Portilla del Crampón ponse más pindiu...Pregunto a unos chavales que baxen cómo ye la subida y dícenme que "nos quedan 20 min. pero que hay que escalar" y mirando p'Ana con cara de "probina...". Bueno, si ye difícil no subimos...

Portilla del Crampón

Vamos pocu a pocu (fila la vieya'l copu) ;)

 Pasu más delicáu técnicamente, tien una cuerda... Ana cola risa floja...

Salida a la cumbre, el pasu más delicáu psicolóxicamente


 Almanzor (Morucuuuuuuu)

La subida desde la cumbre

Baxando del Almanzor, que no contábamos subir, así presta más... Pa comer a Arenas de Sampedro no llegamos...

Y como colofón cruzanos un rebañu de cabra hispánica, sin asustase de nosotros, ¿será por ser Castrones? jijijijiji




Paramos a comer en la Hoya de Antón (no ye un chigre) a les 15:45

Despedímonos del Circo de Gredos

Y topámonos con más CASTRONES, al final llegamos a La Plataforma a les 18:30 atapeciendo (polos pelos).

Reponiendo, qu'ayer fue un día de munchu desgaste...

Y yá fartuquinos, a ver Toledo (muerra gatu, muerra fartu)


FIN